Monumentos Funeraire
Nosotros, pobres cráneos, somos de las cosas más fotografiadas por los curiosos que llegan a la basílica. Por favor, no nos toques ¡estamos cansados de que nos acaricien la cabeza! Soy parte de un monumento funerario, de la memoria de alguien que ha vivido antes que tu y ahora reposa en este templo. Todas las iglesias en la época barroca se llenan de cráneos y esqueletos. Durante el siglo XVII Italia cuenta poco y es un territorio disputado entre Francia y España.
La muerte es un acontecimiento usual en la época y por ello no es de extrañar la presencia de tantos símbolos que la quieren representar.
Era una costumbre enterrar en las iglesias a las personas importantes, sea por su rango social como por su santidad de vida.
Si ojeas entre columna y columna podrás observar numerosos monumentos funerarios, ¡algunos verdaderamente interesantes!
Hay elementos constantes que los encuentras en casi todos ellos: una imagen de la muerte, sea una calavera o un esqueleto. Frecuentemente, para hacer aún más inquietante el monumento, se observan imágenes provenientes de la mitología clásica como las gorgonas flanqueadas por dos imágenes que gritan el drama y el desazón que produce la muerte. Un poco más arriba se encuentra una imagen del difunto, generalmente su busto esculpido en mármol, a veces mirando al altar, como queriendo proclamar que la dirección de la vida es el Reino de los Cielos. Por encima del monumento funerario, casi como si fuera lo único que permanece en la tierra incluso después de la muerte, el escudo familiar. Las personas pasan, la familia no. En esta basílica se cuentan más de 200 monumentos funerarios. Generalmente su cercanía al altar delata la importancia de la persona que allí reposa.